Wednesday, January 28, 2015

El Ministerio de Tabitha



Hoy (28 de Enero de 2015) apareció un segundo artículo en EthicsDaily.com escrito por mi colega, Brian Kaylor, acerca de nuestra visita reciente a Guatemala.  Este artículo se enfoca en el Ministerio de Tabitha.

Ministerio en Guatemala Trae Vida y Esperanza (Parte 2)

Parado en el cementerio de la Ciudad de Guatemala, una mezcla contradictoria de vida y muerte cubre el paisaje.  Un ministerio cercano comenzado por un líder Bautista Guatemalteca busca inclinar el balance hacia la vida.
 
Porque las personas están sepultadas arriba de la tierra, las estructuras del cementerio que contienen los cuerpos llevan la presencia de la muerte mucho más que una lápida sencilla.

Sin embargo, el lugar a la vez demuestra mucha vitalidad dada la presencia de personas por doquier en el cementerio.

No solamente los que lamentan la muerte de un familiar, sino también individuos quienes trabajan y aún viven en el cementerio.  Algunos ofrecen servicios—como por ejemplo tocar música—para los funerales.

Las cruces—un símbolo de tanto la muerte como la vida—se extienden hacia el cielo en casi cada sentido.

Muy de cerca, el Ministerio de Tabitha busca vivir la visión de la cruz, ministrando a las mujeres y niños frecuentemente rechazados por la sociedad.

Ubicada en la parte más pobre de la ciudad capitalina, Tabitha tiene vista al cementerio y el basurero de la ciudad.

Carol Bercián comenzó Tabitha una década atrás mientras servía como directora de los ministerios de niños de la Convención de Iglesias Bautistas de Guatemala.

Gary Snowden, líder del equipo de movilización misionera de Churchnet (también conocido por la Convención General Bautista de Missouri) y pastor asociado de la Primera Iglesia Bautista de Lee’s Summit, Missouri, ha visitado Tabitha muchas veces en los años recientes.  Tanto Churchnet como la Primera Iglesia Bautista de Lee’s Summit apoyan el ministerio de Tabitha.

“El Ministerio de Tabitha es un lugar extraordinario que ciertamente ofrece evidencia visible de la palabras de Jesús en cuanto a la necesidad de ministrar a ‘los más pequeños,’” Snowden dijo a EthicsDaily.com después de una visita a Tabitha en Enero.

En una ciudad donde la gente permanece dividida por diferencias de riquezas, inequidades existen aún en la muerte.

En el cementerio de la ciudad, la familias con más recursos económicos son dueños de estructuras—frecuentemente bien adornadas—que guardan los restos de sus seres queridos.

Los que no tienen dichas estructuras familiares comparten estructuras masivas que apilan los ataúdes a una altura de 8 y se extienden por el largo a contener docenas de los restos. 

Los que visitan el lugar pueden caminar entre las estructuras como si fueran los pasillos de un supermercado con los ataúdes archivados en cada lado.

Las unidades de sepulcro se alquilan.  Si una familiar no puede cubrir los gastos, los restos del difunto pueden ser extraídos y después enterados en una fosa común.

Huecos en las unidades grandes—algunas con basura tirada adentro—testifican a cuerpos removidos recientemente.  Aún en la muerte, el estado de uno no es final mientras la amenaza de la pobreza desestabilizante permanece.

En este contexto de la desigualdad, Tabitha intenta ofrecer no solamente la vida espiritual sino también la física y social.

Snowden explicó que Bercián comenzó Tabitha cuando ella "observó la miseria de los niños acompañando a sus padres en el basurero de la Ciudad de Guatemala buscando artículos para reciclar o vender, o aún en algunos casos, algo que comer."

"Niños han sido rescatados del tráfico de personas y situaciones abusivas a través de este ministerio," él dijo, "y en una escala menos dramática pero no menos importante, cientos de niños en los últimos años han beneficiado de comida, un ambiente seguro, la educación preescolar, y el amor cristiano de parte de los maestros y el plantel del Ministerio de Tabitha."

Una esquina en la parte trasera del cementerio ofrece un pantallazo del basurero de la ciudad—el más grande en América Central.

Como el humo y los vapores tóxicos del basurero mezclan con el aire, así la vida y la muerte entremezclan en el basurero.

Una corriente constante de camiones de basura entran al basurero para agregar sus contenidos a las montañas de basura.  Cientos de buitres o zopilotes vuelan arriba del basurero.  Miles de personas, incluyendo muchos niños, caminan entre la basura buscando algo que pueden reciclar, vender, o comer.

Tabitha ministra a los niños que viven cerca o en el basurero, ofreciéndoles la educación (preescolar hasta el segundo grado) a alrededor de 90 niños.

Estos niños, muchos que de otra manera no podrían comer, reciben 2 comidas diarias y una refacción.  En vez de entrar en el basurero, estos niños reciben comida y educación.

 Tabitha también provee capacitación laboral—como por ejemplo la confección de artesanías—a las mujeres, muchas de las cuales son madres solteras.  Muchas de ellas han recibido a Cristo.

Además, una nueva misión ha comenzado a reunirse en el edificio de Tabitha a partir del año pasado.

Actualmente, Tabitha está trabajando para solucionar unos problemas estructurales de su edificio ocasionado por unos temblores recientes. 

Estos movimientos de la tierra a veces producen unos derrumbes y huecos masivos en el basurero, sepultando las personas con vida quienes mueren en la basura.

El año pasado, un fuego ardía muy profundo en el basurero por varias semanas, echando humo al aire como uno de los volcanes de la región.

Situada entre el cementerio y las casa precarias, el basurero se encuentra entre la vida y la muerte—igual como las miles de personas que viven a su lado y trabajan en él todos los días desde el amanecer hasta el atardecer. 

El Ministerio de Tabitha y Bautistas Guatemaltecas como Bercián se involucran de buena voluntad en este vecindario para ministrar.

Apenas unas cuadras del basurero, aulas de niños sonrientes brillan aún más brillantes que los dibujos pintados en las paredes del edificio de Tabitha.  Tabitha trae vida, amor y esperanza a su comunidad.

Como las palabras—tomadas de 1 Samuel 2—pintadas en una aula de Tabitha declaran: "Levanta del polvo al desvalido y saca del basurero al pobre para sentarlos en medio de príncipes y darles un trono esplendoroso."


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