En nuestro primer período de servicio como misioneros, servimos en la ciudad de Mendoza, Argentina. Dirigí un centro de capacitación de líderes de las iglesias bautistas de la asociación y también estaba pastoreando la Primera Iglesia Bautista de Guaymallén. Además, iniciamos una nueva obra al otro lado de la ciudad donde vivía la viuda del pastor anterior de la Iglesia de Guaymallén. El pastor había sido de mucha ayuda a muchos vecinos en ayudarles en la construcción de sus propias casas en el vecindario que se llamaba Barrio Infanta. Como resultado, la municipalidad hizo algo sin precedente cuando le ofreció a la Iglesia Bautista un terreno grande con el requisito que tenían que construir algo dentro de un plazo de 5 años y ofrecerle algo de beneficio a la municipalidad.
Con la muerte trágica del pastor en un accidente automovilístico junto con su hijo quien servía de director de adoración en los cultos, la visión de construir algo se quedó en nada y el plazo para construir algo se acercaba. Cuando comencé a pastorear la iglesia, la viuda del pastor, Doña Laura, nos compartió acerca del terreno y la visión de construir un templo allí. Empezamos a reunirnos los domingos por la mañana en una pequeña casita que estaba ocupada por un cuidador del terreno. Medía apenas unos 3 metros por 4 quizás. Rápidamente no pudimos caber adentro de la casita. Pedimos y recibimos permiso de la escuela pública al lado del terreno de reunirnos debajo del techo de un patio mientras planeábamos la construcción futura. Estábamos expuestos al frío en el invierno, pero nos sentábamos bien abrigados y realizábamos nuestros cultos.
Para hacer una larga historia más corta, enfrentábamos oposición pública de parte de un individuo prominente en el vecindario. Era Católica Romana y no quería ver una iglesia evangélica al lado de la escuela pública en su barrio. Supongo que nos consideró una amenaza a los niños. Después de un largo tiempo, recibimos permiso de la municipalidad a construir, pero en el año que transcurrió en el proceso, Argentina experimentó un período de mucha inestabilidad económica y los precios de los materiales de construcción subieron más de 800%.
El resultado fue que no pudimos construir el templo que habíamos planificado y que fue aprobado. Tuvimos que reducir la escala de la construcción y terminamos construyendo solamente lo que iba a ser la entrada y los baños abajo y unas aulas para la Escuela Dominical arriba en el segundo piso (o primer piso si está en Argentina). En vez de construir las paredes de las aulas, dejamos el lugar abierto para servir de un lugar para nuestras reuniones y cultos. Dedicamos ese edificio y llamamos a un pastor argentino el último domingo nuestro antes de regresar a los EE.UU para la primera licencia. Aquí es una foto de ese edificio.
Justo en esta semana recibí fotos del interior del nuevo templo que ha sido construido detrás de este edificio original--mayormente parecido a los planes originales para el templo. Ha sido más de 20 años desde que esta obra fue inciada pero es el motivo de sumo gozo poder ver esta iglesia que ayudamos a formar seguir floreciendo y creciendo después de más de 2 décadas. Aquí es una foto del interior del nuevo templo. El techo de madera es una belleza.